Es lunes. Son las 7:55 de la mañana y estás, para variar, en medio de la Javier Prado con nada más que autos a tu alrededor. Sabes que por lo menos tienes para 30 minutos más de viaje, así que te decides a mantener la buena actitud y mirar todo con otros ojos.
“La blusa de esa señora está linda. Podría comprarle una a mi mamá, ¿no?
Sí, la visitaré este domingo, así almorzamos juntos. Le pediré que prepare pollo al horno. Qué bien cocina mi mamá. ¡Cocina! ¡LA COCINA! ¡NO APAGUÉ LA COCINA…!”
Entras en pánico, porque luego de hora y media de trayecto, volver a tu casa y apagar la cocina significa atravesar siete avenidas principales, cuatro parques zonales, tres distritos y la cancha de los Supercampeones. Menos mal tienes un roomate que siempre sale tarde para el trabajo.
Pero igual, es en este preciso momento cuando comienzas a lamentarte por no haberte mudado a ese departamento lindo cerca de tu nuevo trabajo. ¡Y todo porque pensaste que quedarte en el mismo lugar, te saldría a cuenta!
Y “a cuenta”, entre comillas, porque obvio que no calculaste los taxis que tendrías en esos días que uno no escucha la alarma. Ni advertiste los sobrecostos de comer fuera de casa o los gustitos clásicos del after office… y el taxi de vuelta a casa cuando el after se prolonga más de lo debido.
¿Te imaginas cuánto estarías ahorrando si vivieras cerca de tu trabajo? Si tienes un vehículo propio, se debes de gastar unos 230 soles a la semana. Si te movilizas en taxi, la cantidad se reduce a los 57 soles semanales, que si bien es notoriamente menor, luego de cuatro semanas el bolsillo lo siente.
Ahora, imagina vivir a una distancia que te permita movilizarte en bicicleta o, mejor aún, a pie, y ahorrar ese dinero para tus siguientes vacaciones. Suena genial, ¿no?
¿Y el bienestar personal? Más allá del estrés que significa vivir en constante congestión vehicular, abandonar el gimnasio por fatiga y tener cada vez menos tiempo para el ocio te está jugando en contra.
Por momentos eres consciente de esto. Por eso te juras que el lunes saldrás a correr y comerás sano. Es así que llegado el día te preparas una ensalada para el almuerzo y al volver a casa das unas vueltas al parque más cercano. Pero para el jueves lo más probable es que ya ni conozcas la frase “dieta y ejercicio”.
Los limeños, según estudios, tardamos en promedio una hora y media en llegar al trabajo en auto; y, dos horas si usamos transporte público. Todo este tiempo podrías invertirlo en aprender a tocar ese instrumento que siempre te llamó la atención o en animarte a probar esa nueva religión llamada crossfit (eso de lo que todos tus amigos están hablando).
En conclusión, vivir cerca de tu trabajo te puede traer muchos beneficios, que se verán reflejados no solo en tu vida profesional, sino también en la personal. Vivir con menos estrés causado por el tráfico, con más tiempo de esparcimiento y, sobre todo, más tiempo para ti, hará que empieces a ver la vida de una manera más positiva.